Geotecnia de Calidad

sábado, 28 de septiembre de 2013

EXCAVANDO EL MERCADO



No. Esta vez no voy a escribir sobre el mercado financiero. A éste no lo excavaría, sino que lo socavaría, que es diferente, tal como un río en avenida erosiona los cimientos de un puente mal diseñado, hasta que éste se derrumba y es arrastrado por la corriente. Llamadme ingenuo, pero yo sólo entiendo de mercados productivos. Alguien fabrica algo, con esfuerzo, y otro se lo compra porque le interesa, también con esfuerzo. Así entiendo yo la riqueza de un país, la que mana del trabajo y del esfuerzo. 

No me gusta la ingeniería financiera, mover dinero de forma opaca, pagar menos impuestos mediante sociedades ocultas, los paraísos fiscales, hacerse rico sin trabajar (a costa de alguien que va a ser pobre), utilizar información privilegiada al alcance de unos pocos, que además son siempre los mismos. Lo dicho… que venga una gran crecida, pero no de agua, sino humana, y socave el mercado financiero hasta hundirlo en el cieno.
 
Puente en socavación. El Mercado Financiero estaba a la derecha.

Excavar es otra cosa. Implica planificar, dirigir, hacer y controlar. Cuidadosamente. Estos últimos años, el Institut de Mercats Municipals de Barcelona, está llevando a cabo un importante esfuerzo de remodelación de los más de treinta mercados que hay en la ciudad. Empezaron con el de la Concepció y el de Santa Caterina, y ahora mismo están en obras el de Sants, Ninot, y Sant Antoni, por citar los más conocidos. 


Perforación de sondeos en el Mercat de Sant Antoni


No sé cómo lo hace, pero a pesar de la actual crisis, el Ayuntamiento de Barcelona aún tiene reservas económicas, y lo que es mejor: paga en tiempos correctos. Así que gracias Maragall, Clos, Hereu y Trias. No quiero haceros la pelota, pero gracias. Por cierto Trías, piensa en mí si hay que investigar el subsuelo de alguna infraestructura para los Juegos Olímpicos de Invierno, ¡aunque luego éstos no se hagan! Dicen que incluso así  hay beneficios. Además, mi nivel de inglés no está mal según con quién se compare…


He tenido la suerte de poder trabajar en varias de estas remodelaciones: Sants, el parking de la Gardunya en la Boquería, que por cierto se acaba de inaugurar, y últimamente el Mercat de Sant Antoni, en el que ahora me voy a centrar. En varios de estos proyectos, se prevé excavar sótanos para superficies comerciales y aparcamiento, bajo el edificio tradicional, manteniendo este último sin derribar, lo que de entrada se antoja interesante y complejo.

Sant Antoni, un siglo atrás

Sant Antoni fue el primer mercado construido fuera de las murallas, en 1882, junto al antiguo portal del mismo nombre. Es además el que ocupa una mayor superficie: toda una manzana del Eixample. Fue construido por la Maquinista Terrestre y Marítima, con una estructura de hierro fundido, pionera en aquella época.

 
La postal dice que es el Portal de Sant Antoni, pero es el de Santa Madrona. Gracias Irineu por advertirlo.

La infancia me liga a Sant Antoni, no en vano mi madre y mi tía preferida (tengo otra que es muy “chic”, pues es francesa, pero la veo poco) tenían un puesto de venta de carne en él. Las paradas nº 164 y 165, a las que iba de pequeño los sábados por la mañana. 

Mi madre (centro) en Sant Antoni, a finales de los 50's.

Ahí se desarrolló mi primer trauma infantil. Ver colgando a los despellejados y sanguinolentos conejos, con aquellos ojos descarnados cual zombis boca abajo, provocaron en mí un asco absoluto a este manjar, que aún perdura. El segundo era entrar en las cámaras frigoríficas y ver en la misma posición a las terneras. En mis pesadillas me veía encerrado con ellas, colgando de los garfios, a 20ºC bajo cero…

Audrey Hepburn en Els Encants de Sant Antoni (foto de Esteban Ono)


Sant Antoni no era un mercado convencional. En los porches exteriores se vendía ropa, que era sustituida los domingos por el mercado dominical: sellos, monedas, colecciones de cromos, libros de segunda mano, discos de vinilo…Todos los críos del barrio haciendo relaciones sociales en una marabunta humana aparentemente sin orden, pero dónde todos sabíamos a lo que íbamos, y en la que las cabezas de los vendedores apenas asomaban entre un caos de mercancías.
Proto-pijo vacilón de 1.955. Después trabajó de bróker cocainómano en la City.

 Este mercado dominical fue anteriormente el de Bellcaire, de origen incierto, pero ubicado por un tiempo en el Paralelo, y establecido definitivamente en Sant Antoni en 1.936.

Lector aventajado
 El actual proyecto de Sant Antoni, obra de Ravetllat & Ribas, arquitectos, plantea excavar 4 sótanos bajo el antiguo edificio. El primer sótano estará ocupado por Mercadona, que financia parcialmente la obra. Para no hacer competencia a las paradas tradicionales, esta empresa no podrá vender producto fresco. Otro sótano estará destinado a la descarga de camiones, y los dos restantes a aparcamiento para los clientes.


La altura a excavar es de unos 15 m, de los cuales los cinco últimos se emplazarán bajo el nivel de las aguas freáticas, que se sitúa a unos 10 m bajo la calle. Excavar sótanos en el freático es complicado, pero hacerlo manteniendo un antiguo edificio encima todavía lo es más.


Generalmente se hace un recalce de cada cimentación original, mediante varios micropilotes bajo cada zapata, que profundizan por debajo de la futura cota de excavación. Se trata de perforaciones circulares de alrededor de 20 cm de diámetro, en las que se introduce un tubular de acero de unos 12 cm que posteriormente es inyectado con cemento. Los micropilotes sirven de prolongación en profundidad de los pilares de la estructura, de manera que una vez hechos, puede empezar la excavación bajo el edificio, sin que este se desplome.


Este tipo de trabajo es espectacular, ya que llega un momento en que, con los sótanos ya excavados, el edificio antiguo queda suspendido en el aire por los esbeltos grupos de micropilotes.

El Mercat de Sants, con los sótanos ya excavados, sustentado por micropilotes arriostrados


En el caso de Sant Antoni, la complejidad es aún mayor, ya que parte de los sótanos va a excavarse bajo las aguas freáticas.


Como es evidente, el siempre imprescindible estudio geológico del terreno, es ahora determinante. En nuestro caso, y dadas las dificultades hidrogeológicas que se planteaban, perforamos sondeos de 60 m de profundidad. Siempre he pensado que cuanto más profundos sean los sondeos geotécnicos, mejor, ya que así se favorece la comprensión de la geología de la zona. Claro que mi factura también sale más cara.


El subsuelo de Sant Antoni está formado por tres unidades esenciales. La primera y más superficial está constituida por un relleno antrópico, producto de la evolución histórica de la ciudad. Los núcleos urbanos se edifican a menudo sobre los restos de edificaciones más antiguas, que son derribadas, pero no eliminadas del todo, de manera que la ciudad crece hacia arriba, ganando cota. Muchas veces, entre los restos de los sucesivos derribos, se vierten tierras, o desechos, lo que contribuye al proceso.


En Sant Antoni, en la base del relleno, o incluso mezclado con él, se detectan las arenas y gravas sedimentadas por la antigua riera de Magòria, que bajaba por la actual Avda. Mistral, y que en su momento fue desviada por las murallas medievales. Son los sedimentos litoantrópicos inducidos, definidos hace unos años por Oriol Riba.

Gravas y arenas de pizarra, de la antigua Riera de Magòria


Por debajo de estos terrenos, los sondeos perforan arcillas rojas con arenas y gravas de pizarra, y limos amarillentos, propios del llano de Barcelona, de edad pleistocena (Cuaternario antiguo). Las primeras proceden de la erosión y transporte, mediante abanicos aluviales, de las pizarras de Collserola, mientras que los limos son en parte de origen eólico.
Perfil geológico  de Sant Antoni


Hacia los 30 m de profundidad, se perfora el substrato Mioceno, formado por arenas limpias, deltaicas y litorales, de coloraciones grises, amarillentas y anaranjadas. Son sedimentos equivalentes a los que configuran Montjuïc, si bien aquí apenas se encuentran las areniscas bien cementadas, que suministraron bloques pétreos para la construcción de la ciudad. En estos sedimentos, encontramos fauna fósil marina en los testigos de sondeo, especialmente turritellas, así como conchas de bivalvos diversos. Como es lógico, todas estas arenas están saturadas de agua, constituyendo un importante acuífero. Por su parte, las arcillas Cuaternarias superiores tampoco son impermeables.


Casi a 40 m de profundidad, los sondeos detectaron la presencia de una capa horizontal de arcilla margosa gris azulada, de sólo 2-3 m de espesor, pero gran continuidad lateral a escala del solar. Por debajo, otra vez arenas hasta los 60 m.

Arcillas gris azuladas miocenas, muy poco permeables


Estas arcillas profundas, son de gran utilidad en la obra prevista. En efecto, se han hecho ya con hidrofresa, unas pantallas continuas perimetrales, verticales, de hormigón armado de 1.0 m de espesor, y de 40 m de profundidad, que contendrán el terreno cuando se excave, y que cortan los posibles flujos laterales de agua subterránea, mientras que la capa de arcilla, que es bastante impermeable, sella el fondo del recinto, de manera que ahora puede bombearse el interior, sin que haya grandes aportaciones de agua por el fondo. Todo esto no eximió de la necesidad de un complejo estudio hidrogeológico, en el que se llegaron a hacer tres ensayos de bombeo, en tres pozos perforados expresamente. Se bombea un caudal controlado de agua en el pozo, y se observa el descenso que se provoca en el nivel freático, mediante piezómetros colocados a poca distancia de cada pozo.


A partir de estos datos pueden determinarse los parámetros hidrogeológicos de los acuíferos: permeabilidad, transmisividad, coeficiente de almacenamiento, etc, y luego se procede a establecer un modelo matemático que permite efectuar simulaciones 3D. También hace falta comprobar que con el bombeo del freático no se produce un sifonamiento del terreno, ni hay posibilidad de implosión del fondo de la excavación, por acuíferos confinados.


Por cierto, las mencionadas pantallas son termoactivas, es decir, que por su interior (16.000 m2) se ha instalado un circuito de tuberías por las que fluirá agua, que al descender a 40 m de profundidad adquirirá la temperatura siempre constante del terreno, con lo que en invierno se introduce agua fría, que luego se recupera algo más caliente, mientras que en verano el agua saldrá algo más fría que la introducida. Estas variaciones térmicas son aprovechadas por una bomba de calor, con lo que se conseguirá una eficiente climatización del edificio: calefacción y aire acondicionado, fruto del aprovechamiento geotérmico del subsuelo.


En Sant Antoni, para poder excavar los sótanos manteniendo el edificio antiguo encima, se han perforado en primer lugar una serie de pilotes de gran diámetro (1.25 m), que servirán como futura cimentación, pero que de entrada van a permitir apoyar sobre ellos, y sobre la pantalla perimetral, una losa de hormigón armado, de 1.0 m de espesor, que se solidarizará a nivel de planta baja con la cimentación y los pilares de la estructura antigua.


Una vez esto realizado, puede iniciarse la excavación de los sótanos. Los pozos en funcionamiento mantendrán el nivel freático deprimido, y el edificio original quedará reposando ahí arriba, sobre la losa.


Proceso de ejecución previsto en Sant Antoni


Este sistema de construcción descendente, permite que inmediatamente puedan acondicionarse las paradas del mercado, ya que mientras todavía se está excavando el subsuelo, ya se puede trabajar en la planta baja, acortando plazos, lo que sin duda agradecerán los paradistas y sus clientes, temporalmente ubicados en la Ronda.


Durante el proceso de excavación se va a llevar un control exhaustivo de que las obras no afectan al entorno. Dianas topográficas de precisión, extensómetros, inclinómetros y piezómetros, son los elementos principales de todo este proceso de auscultación.


Ya se conocía de antemano que bajo el mercado se ubicaba el antiguo baluarte de Sant Antoni. Las murallas medievales de la ciudad discurrían por la Ronda de Sant Antoni y de Sant Pau. 


 



























Los que habéis leído la recomendable novela histórica “Victus”, de Albert Sánchez Piñol, seguro que ya sois expertos en poliorcética, la ingeniería militar de asedio y defensa de recintos amurallados. Cuando en el siglo XVI se desarrollaron los sistemas artilleros de cañones de gran potencia, las altas murallas medievales, rectas y continuas, no ofrecían resistencia y eran abatidas fácilmente. Por eso frente a ellas se implantaron baluartes adosados, pentagonales y de murallas más bajas, protegidas en su frente por el tradicional foso, con su contraescarpa interior, y un glacis de tierra que descendía suavemente hacia el enemigo, de manera que el baluarte quedaba escondido de los tiros del adversario. Eso sí, los cañonazos iban directos al centro de la ciudad, pero esos daños colaterales no han sido nunca muy relevantes para los militares. Por otra parte, los baluartes permitían una defensa en tiro cruzado, que aumentaba las posibilidades de resistencia de la ciudad ante un asedio prolongado. (Jolines, por fin he puesto en práctica mis conocimientos militares de ingeniero zapador, como alférez de milicias que fuí).


Por cierto, que el baluarte de Sant Antoni no fue muy atacado durante el sitio de Barcelona de 1.714, ya que el Castillo de Montjuïc, en poder de la ciudad durante toda la guerra, lo protegía de los embates borbónicos.


Apenas iniciada la excavación en Sant Antoni, han aflorado todas estas estructuras. No sólo el esperado baluarte, con sus perfectos muros, sino también la contraescarpa, así como una vivienda anterior al baluarte, y una espectacular calzada, ya que por el portal de Sant Antoni, partía el antiguo camino que a través del turó de Creu Coberta (cerca  de Plaça Espanya), se dirigía hacia la Península.

 
Esquina del Baluarte de Sant Antoni
 
Antigua calzada descubierta en Sant Antoni

El portal era utilizado a menudo para ajusticiar a parte de la ciudadanía, delincuentes muchas veces, pero simples disidentes en otras ocasiones, por no hablar de la brujería. Otros eran conducidos al coll dels Inforcats, junto al turó de la Vinyeta, colina de arenas pliocénicas ahora desaparecida bajo el complejo de Las Arenas, donde eran colgados con una soga al cuello.

Reality Show en el Turó dels Inforcats. Alguna cadena actual lo retransmitiría en directo.


Claro que ninguno de ellos sufrió una muerte tan atroz como Josep Moragues, General de batalla que luchó contra las tropas de Felipe V durante la guerra de sucesión, y que una vez caída Barcelona en 1.714 fue traicionado, detenido, y condenado a tres penas de muerte (que ya son ganas), por lo que primero fue arrastrado por un caballo por la ciudad, en un macabro paseo. Luego fue degollado, decapitado y descuartizado. Para rematar el tema –valga la redundancia-, su cabeza fue introducida en una jaula, y expuesta sobre el Portal de Mar, durante 12 años, hasta que su viuda logró que se retirase.

Josep Moragues, todavía con la cabeza en su sitio


Pasados 300 años de aquellos hechos, está bien que el proyecto de Sant Antoni prevea conservar parte de las antiguas murallas, y hacerlas visitables, aún a costa de perder plazas de aparcamiento. 

Los ciudadanos debemos entender que bajo nuestros pies existen las huellas de nuestros antecesores, sus éxitos y fracasos, incluso su sangre, también la de sus adversarios, y que es obligado preservar esta memoria, que forma parte de un patrimonio individual y global, que nos identifica como pueblo. Por cierto, ya habéis visitado el Born?


Así que espero que de aquí poco podáis ir a hacer vuestras compras al remodelado mercado. Aparcad en el sótano y visitad las antiguas murallas del baluarte. Después subid y comprad, que todo será de gran calidad, quizás conejo, que tengo entendido que estofado es muy sabroso. Por favor, éste día no me invitéis.


KARAKORUM, 1.993

 Si hay una cordillera que reúna todos los requisitos de belleza y espectacularidad, ésta es el Karakorum.

Allá que nos fuímos, mi mujer y yo solos, poco antes de que estas zonas del norte de Pakistán se convirtieran en un lugar todavía más peligroso de lo que ya era entonces. Bueno, sólos del todo no. Contratamos en Skardu, en el precioso valle del Indus a un guía, porteadores, cocinero, e incluso al primo del guía, que no hacía absolutamente nada, pero tocaba muy bien la flauta. También compramos una cabra, a la que apodamos Blacky, pues era negra, y a la que tras días de andar, cojimos un cierto cariño, justo antes de que nos la comiéramos.

Baltoro Glacier, con las catedrales del Trango al fondo

Llegando a Concordia, con el Gasherbrum IV al frente

El K2 desde el campamento de Concordia


Remontamos el glaciar de Baltoro, y llegamos a Concordia, lugar en el que confluyen varios glaciares, y desde el que se contemplan varios picos de más de 8.000 m, presididos por el majestuoso K2 (8.611 m), al que nos aproximamos en uno de esos días en que la montaña está espléndida.

Bajo el K2
Después del K2 nos dirijimos al norte para conocer el valle de Hunza, y por el Khunjerab Pass, a más de 5.000 m de altura, entramos en China, finalizando nuestro largo viaje en Beijing, donde nos vestimos adecuadamente para la ocasión.

 


jueves, 13 de junio de 2013

SANGRE Y PETRÓLEO EN LA PLAYA DE BARCELONA



La primera vez que la sangre tiñó masivamente de rojo la arena de la playa fue en el verano de 1.936, cuando 44 militares sublevados se equivocaron de lugar y bando, y acabaron detenidos y asesinados por las milicias republicanas. Lo que vino después fue peor. Hasta 1.706 hombres y 11 mujeres, entre ellos el abuelo de mi esposa, fueron fusilados después de la guerra en las playas del Camp de la Bota, cerca de donde ahora se sitúan las desiertas plazas del Fórum de las Culturas.
La represión franquista fue cruel, precisa, y dilatada en el tiempo, ya que los fusilamientos se extendieron desde 1.939 hasta 1.952. Un macabro récord se alcanzó el 26 de Mayo del primer año, cuando 21 personas dejaron sus vidas. Los consejos de guerra se ventilaban rápido. A veces una denuncia de un vecino rencoroso era suficiente para desencadenar el proceso. Nieves Bouza, una chica de 22 años, sin ningún delito de sangre, miliciana de retaguardia, cocinera y lavandera, fue asesinada por estar simplemente afiliada a la CNT.
Jugando a los fusilamientos. Barcelona, 1.937
El mecanismo de los fusilamientos era siempre el mismo: al anochecer los presos eran recluidos en capilla, donde se les permitía escribir una última carta, obviamente en castellano. Antes del alba eran trasladados desde la cárcel Modelo hasta un terraplén de tierras frente a la playa. La presencia de las furgonetas, y de secretas vigilando que nadie saliera de las vecinas barracas, advertía a sus habitantes de que aquella noche había “trajín”. Los tiros de gracia del capitán permitían contar los muertos de la jornada. En el certificado de defunción se lee “causa de la muerte: hemorragia interna”. Es decir, que los ajusticiados en realidad estaban enfermos, y las balas aliviaban su dolor. Al amanecer, mientras los restos de sangre sobre la arena eran lavados por las aguas del Mediterráneo, los cadáveres se amontonaban en el Fossar de la Pedrera, en Montjuïc.
Carta de despedida de Ceferino Llop, antes de ser fusilado. ¿Llegaría la cartera a su esposa?


Los fusilados morían de hemorragia interna
 Las barracas del Camp de la Bota se situaban un centenar de metros al sur de la desembocadura del Besós, en el límite entre Sant Adrià y Barcelona. Aún más al sur estaba el barrio de Pekín, barracas así llamadas porque sus primeros habitantes fueron unas familias chinas que habían vivido en las Filipinas, de donde fueron expulsadas cuando la antigua colonia se independizó. Quizás sus descendientes se han movido recientemente al litoral de Badalona, donde existe el mayor Chinatown industrial del país. 

Camp de la Bota, y barracas de Pekín, en segundo término
 Las de Pekín y Camp de la Bota crecieron directamente en la playa, junto al antiguo Castillo de las Cuatro Torres, levantado inicialmente por tropas francesas que ayudaron a Felipe V en el asedio de Barcelona de 1.714, y remodelado en 1.858 por Zapatero (no el que pensáis, sino otro que fue Capitán General de Catalunya).

Maniobras militares en el Castell de les Quatre Torres. Siglo XIX.
 Los franceses hacían prácticas de tiro contra un terraplén de tierras, “butte” en francés, y de ahí quizás deriva el nombre de Camp de la Bota, antaño también conocido como barrio del “parapet”.
Hasta 667 barracas y 3.415 habitantes llegaron a malvivir entre el Besós y el cauce de la riera de Horta (Rambla Prim), tomando agua de estas cloacas a cielo abierto, y de la acequia de la Madriguera. Los ecologistas y las depuradoras todavía no habían nacido, y lógicamente los desperdicios eran directamente arrojados al mar. En 1.949 se creó un Servicio de Represión del Barraquismo. Ya debía ser triste vivir en una barraca, pero que encima te repriman por ello… Parecen otros tiempos, pero la última barraca no desapareció hasta 1.989.

Barraca del Camp de la Bota. Isidre Nonell, 1.901.

 
Inundaciones en el Camp de la Bota, 1.962

 
Decenas de años de lanzar basura al mar tienen su repercusión medioambiental. Además, las corrientes litorales procedentes del norte, también arrastraban al Camp de la Bota, no sólo nuevas capas de arenas, sino también los hidrocarburos, alquitranes y demás bonitas filtraciones procedentes de las industrias petroquímicas que ocupaban las playas de Badalona, hasta que a un alcalde moderno y un poco yuppi se le ocurrió que ahí debía haber una linda playa, así como un canal de navegación interior, que la crisis ha dejado en un canal seco lleno de matojos.
Escuela de los Padres Escolapios, en 1.967. Camp de la Bota. Los que están de lado a la pizarra pagan menos y suspenden. El que está de espaldas lo tienen crudo. Será así la ley Wert?
Las arenas acumularon en sus poros una pegajosa sustancia negra, putrefacta, llena de materia orgánica y de hidrocarburos. Un verdadero sapropel, que convirtió los sedimentos en una especie de arenas bituminosas que nada tendrían que envidiar a las que ahora se explotan masivamente en Canadá.

 Recuerdo que de pequeño, en la no lejana playa de la Barceloneta, era frecuente quedar con el pie pringado por una sustancia negra, de la que ahora sé su origen.

 
No sé si los responsables energéticos del país leen este blog, pero yo me olvidaría de plantear el fracking en la bonita Garrotxa, y me centraría en las playas del Fórum. Cuando hacemos sondeos en la zona, detectamos alrededor de 2.0 m de espesor de arenas sapropélicas. Si cuantificamos su extensión en una franja de alrededor de 100 m de ancho, por una longitud próxima a 1.0 km, hasta el Port Olímpic, resultan 200.000 metros cúbicos. La porosidad de estas arenas es próxima al 25%, es decir que tenemos una reserva de 50.000 m3, cincuenta millones de litros de hidrocarburo de baja calidad, pero que quizás nos sacarían de la crisis. Al menos a mi familia y los cuatro amigos que tengo entre Linkedin y Facebook.

Lavadero con igualdad de género en el Camp de la Bota, 1.960

Ahora que está de moda fomentar a jóvenes emprendedores, estaría bien que alguien tipo Barcelona Activa me financiara. No soy joven, ni probablemente emprendedor. No he estudiado en Esade y no voy a los encuentros de NetWorking en Biz-Barcelona, pero ahí dejo la idea.
El plan no sería malo, ya que tendría dos efectos colaterales beneficiosos. Al final la arena de la playa quedaría limpia, y mientras durase la explotación de la reserva energética, disminuiría el número de turistas que nos visitan. De lo contrario Barcelona va a morir de éxito, convertida en un parque temático sin personalidad.

El Camp de la Bota se encuentra en el delta del Besós. Los deltas actuales tienen una historia geológica joven. Nacieron hace sólo 15.000 años atrás, cuando al final de la glaciación que había hecho descender el mar unos 120 m (el agua estaba en los glaciares continentales), los océanos recuperaron posiciones próximas a las actuales, y luego se estabilizaron. Ante esta elevación del nivel de base, los ríos perdieron energía en la nueva desembocadura, y empezaron a depositar sedimentos, que iban progradando hacia el mar.
Mar adentro, sobre las antiguas gravas rodadas del cauce fluvial, se depositaban fangos y arenas finas, que quedaban después recubiertas por arenas fluviodeltaicas y litorales, de grano más grueso.
En el caso del Besós, sobre un substrato de margas azules pliocénicas, situadas hacia la cota -50 m, se encuentra una potente capa de una quincena de metros de espesor de gravas rodadas y arenas fluviales (el acuífero profundo del delta). La mayor parte de los rascacielos de la zona se han cimentado mediante pilotes hincados en estas gravas y arenas, hacia los 35 m de profundidad. Por encima de ellas reposan arenas muy finas limosas grises, típicas de prodelta, las cuales ofrecieron dificultades durante la construcción de las pantallas perimetrales de los sótanos de Diagonal Mar. Recubriendo las arenas finas se sitúan las arenas más gruesas fluviodeltaicas y litorales, entre las que se encuentran las contaminadas arenas de las playas del siglo XX. 


 Después de las barracas vino la gloria olímpica, la Ronda Litoral y finalmente el Fórum, que incluye una gran pérgola fotovoltaica, junto a la cual perforé hace poco unos sondeos para el amarre del Barco Hotel Sunborn Yacht. Gran parte de estas obras se emplazaron sobre terreno ganado al mar, así que las arenas sapropélicas se encuentran ahora a 7-9 m bajo la superficie.

Perforación de sondeos para el Barco Hotel Sunburn Yacht
Curiosamente en esta misma zona se construyó la Depuradora del Besós, oculta bajo el Fórum, que limpia las aguas del sector, pero continúa dejando negras las arenas sobre las que reposa.
Un poco antes de la crisis, entre la depuradora y la playa de la Mar Bella se proyectó el Zoo Marino de Barcelona, lo que me permitió efectuar un correcto estudio geotécnico, con sondeos profundos, piezoconos, tomografías eléctricas para la detección de antiguas escolleras, etc. El estudio geotécnico quedó muy bien y yo cobré una pasta, pero no sirvió para nada, porque el Zoo marino hizo aguas, y no llegó.

Perfil geológico en el futuro Zoo Marino

Ensayo CPTU en el Zoo Marino. Predominan las arenas hasta los 26 m, y los limos después.
Haciendo este trabajo en 2.008, el artista Jorge Rodríguez Gerada dibujó la cara de Obama en el gran solar. Era justo durante las elecciones y llamó a su obra “Expectation”. Hasta se podía ver desde el espacio. Mucha gente no entendió su trabajo, pero hablando un día con Jorge mientras él esperaba sus camiones de gravas coloreadas, y yo sacaba mi perforadora de donde iba un ojo de Obama, me dijo que la esperanza mundial por lo que haría el futuro presidente era enorme, pero que él estaba convencido de que en poco tiempo las expectativas se diluirían, ya que una vez en el poder, la inercia de los intereses de todo tipo le devorarían. Por eso él también hacía una obra artística condenada a desaparecer erosionada por la lluvia.
Yo añadiría que los pigmentos de la pintura y de la esperanza, se han mezclado en el subsuelo con las arenas bituminosas, los vertidos de las cloacas, y la sangre derramada.

Expectation, de Rodríguez Gerada, 2008.


Nepal, 1.981

 Si hay un país que ha condicionado nuestras vidas, éste es Nepal. No son sólo sus espectaculares paisajes y los senderos que hemos trazado en ellos, sino su gente, su cultura,  la amistad, y la sonrisa de los niños. Hasta cuatro veces hemos estado en Nepal, las dos últimas para adoptar a nuestros hijos, Maria y Xavier.

Durante el primer viaje, en 1.981, descubrimos un país todavía pristino, que después evolucionó rápidamente. En aquella ocasión, remontamos el solitario valle de Rolwaling, y a través  de un collado glaciar a 5.750 m de altura, alcanzamos el valle de Khumbu, y el pie del Everest.

Las fotos que siguen son de los primeros días de aquel trekking, de 25 días de duración. Más adelante, mostraré en este blog imágenes de las montañas más altas del mundo.

Templo de Swayambhunath, en Kathmandu.
Campos de arroz en terrazas


Columpio


Puente hacia el valle de Rolwaling




Gauhri-Shankar, nuestra primera visión de una cumbre de más de 7.000 m