Chinos no había, y los paquistanís todavía no habían llegado. Cuando
yo nací, justo en el límite del barrio, era el poco prestigioso Distrito V, que
luego ascendió de categoría a Distrito I, y modernamente accedió a la antigua denominación
de Raval, que significa extramuros, si bien ya hacía tiempo que la zona era
prisionera entre la muralla de la Rambla y la posterior de las Rondas-Paral.lel. No hace
ni cien años que se conoce como barrio Chino, un lugar con uno de los índices
de densidad humana más altos del mundo, lleno de callejuelas estrechas, con la
ropa tendida en los balcones, mal secándose en una atmósfera húmeda y pegajosa.
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La Sexta Flota en el Chino |
Por sus calles corrí haciendo travesuras, intrigado por la cantidad de
oscuros bares que había, por aquellas mujeres apoyadas en las paredes y por el
ir y venir de los marinos de la sexta flota, que a mediados de los sesenta,
eran los reyes del mambo, y que dejaban casi 2 millones de pesetas al día(y noche) en la
ciudad. Durante el día el bullicio de la calle era intenso: afiladores,
mercados, ultramarinos, droguerías y casas de gomas y lavajes. Pero al caer las
sombras el Chino podía ser muy peligroso, y sólo el sonido de las llaves del
Sereno, que acudía solícito a tus solitarias palmadas, calmaban los nervios de
quien llegaba tarde a casa, y encima se había olvidado las suyas.
Fue Paco Madrid, un periodista de Barcelona (buena paradoja la suya),
quien en 1.926 puso nombre al barrio, en una revista apropiadamente llamada “el
Escándalo”. Quizás fue porque los maleantes solían llevar una fina hoja de
afeitar (el chino), con la que cortar aquella zona de la americana donde suele
llevarse la cartera... chinando al personal.
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Bar de la C/ Escudellers |
Situado en una depresión entre los relieves miocenos de Montjuïc y del
Mont Tàber, la zona del raval constituía de antiguo el huerto de Barcelona,
hasta que la eclosión demográfica de la ciudad lo invadió.
Durante la baja edad media, el Raval se llenó
de conventos. El primero fue el de Sant Pau del Camp, edificado junto a una
zona pantanosa palúdica de nombre escatológicamente catalán: El Cagalell. A
esta marisma, ya en fase de colmatación en aquella época, iban a parar los
sedimentos de las rieras de Magòria, Valldonzella, Creu d’en Malla, y quizás
también la de Malla, que era la de la Rambla (ver la entrada La Rambla. Una riera por todo lo alto).
A lo largo de los años, he tenido oportunidad de perforar bastantes
sondeos en el Chino, la mayoría de ellos en el contexto de esponjamiento que ha
impulsado el Ayuntamiento durante las últimas décadas.
Los sedimentos del Cagalell
están formados por arcillas grises, negras a veces, por la presencia de
abundante materia orgánica. A veces se detectan niveles de turba, con presencia
de materia vegetal todavía no descompuesta. A partir de ellos hemos podido delimitar la extensión de la laguna,
que a grandes rasgos se situaba en el trapecio formado por C/ Sant Pau –
Paral.lel – Nou de Sant Francesc – Paseo de Colón. El Cagalell llegó a ocupar una superficie próxima a 25 Ha.
Las lagunas litorales, como el Cagalell, se forman cuando las
corrientes marinas depositan una barra de arena, alargada y paralela a la
costa, que encierran un espacio interior donde se genera la marisma. En el caso
del Cagalell, la barra arenosa se sitúa a la altura de las Drassanes, y bajo la
estatua de Colon, dirigiéndose hacia Santa María del Mar y el Born a través del C/ Ample. Los lodos del Cagalell alcanzan hasta unos 16 m de espesor máximo en C/ Nou de Sant Francesc, situando
su base hacia la cota absoluta -15 m.
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Límite y espesor de los sedimentos del Cagalell |
Cuando se perforan sondeos, uno no se lleva la máquina a casa por la
noche, con lo que la sonda queda expuesta a posibles robos o actos vandálicos.
Contratar un guardia de seguridad no es una opción económica, y quedarse toda
la noche junto al equipo, tampoco, salvo que se tenga insomnio. Una posible
solución que he utilizado a menudo es contactar con los cabecillas de las
mafias locales, y por un módico precio alguien se encarga de que a tu máquina no
le pase nada. Incluso una vez me robaron, pero tras la oportuna reclamación, al
día siguiente los utensilios desaparecidos volvieron a su lugar.
Es así como con los años he establecido una inquietante red de
amistades peligrosas, que superan en número a mis contactos de Facebook y Linkedin juntos. Incluso alguna vez he vuelto a casa con flores y plantas
regaladas por la matriarca de uno de los clanes, levantando un cierto resquemor
en mi mujer.
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Servicio de vigilancia |
Una soleada tarde de hace ya 20 años estaba yo negociando uno de estos
correctos y eficientes servicios de vigilancia, y cuando ya estábamos cerrando
los flecos del negocio, en la C/ Sant Oleguer, apareció raudo y veloz un coche
de la policía, que detuvo sin miramientos a mi interlocutor, dejándome a mí sin
su servicio, y a la máquina sin protección.
En cambio, trabajando en un lugar tan ilustre como los aledaños del
Hotel Juan Carlos I, en 1.992 me quemaron la máquina. Claro que en aquella
época yo no sabía que los mayores delincuentes visten bien y se entrenan de
jóvenes jugando a ser gamberros de postín. En otra ocasión, paradójicamente
sondeando en lo que ahora es la Ciudad de la Justicia, unos simpáticos
grafiteros decoraron a su gusto el camión de sondeo.
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Bonita decoración grafitera con inteligentes mensajes |
L’estany del Cagalell es geológicamente muy reciente, fruto del
ascenso del mar (unos 60-80 m) al finalizar la última glaciación hace unos
15.000 años. Este ascenso fue rápido al principio, y más lento a continuación,
con sucesivas fases de estabilización, durante las cuales las corrientes
litorales formaban las barras arenosas mencionadas, ayudadas por los pulsos
progradantes del delta del Besós.
Siempre he visto como muy fructífera la colaboración
empresa-universidad, por lo que al observar los sedimentos orgánicos de la
marisma del Cagalell, me puse en contacto con diversos equipos científicos, y
aquí tengo que citar a mis colegas Josep Mª Palet, Santiago Riera y Ramón
Julià.
Ellos dataron mediante el C14 la materia orgánica de los sedimentos, y
así hoy sabemos que la laguna inició su existencia hacia los 8.000 años cal BC,
mientras que en la época romana la laguna empezó a dejar de ser funcional, ya que se encuentran
algunos restos de esa época por encima de las arcillas orgánicas.
Cerca de 15 m de sedimentos se formaron a lo largo de unos 6.000 años, lo queo implica una
velocidad de sedimentación de cerca de 2.5 mm/año, probablemente algo mayor
en realidad, ya que el sedimento ha ido consolidando y compactándose a lo largo
del tiempo.
Además, mis amigos se han dedicado, durante años, a analizar el polen
contenido en la materia orgánica de las arcillas de la laguna (sí, hay gente de
este país que no se dedica a robar, estafar, engañar y mandar a paseo el estado
del bienestar). Cada grano de polen pertenece a una única especie vegetal, y algunos
de estos granos, impulsados por el viento, cayeron en la marisma donde se
mezclaron en su fondo con los lodos, y así se preservaron para un brillante
futuro científico, mucho más glamuroso que sus polen-colegas actuales, que causan
alergia a algunos ciudadanos.
Analizando las muestras de los sondeos, se puede
establecer una columna palinológica, datada en el tiempo con el C14, lo que
permite una reconstrucción paleoclimática y paleogeográfica de la zona litoral
mediterránea, durante los últimos miles de años, ya que cada especie arbórea
está ligada a un determinado ambiente.
De esta manera pudo determinarse como los robledales, propios de climas
más húmedos, fueron dejando paso a otras especies con menor exigencia de agua,
como el encinar, llegando incluso a detectarse la presencia de asentamientos
humanos gracias a la existencia de restos carbonizados procedentes de las
hogueras neolíticas.
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Grano de polen de roble de los lodos del Cagalell |
Es con este tipo de trabajos como puede avanzarse en el conocimiento
de la evolución climática del planeta, y mejorar la capacidad predictiva del
cambio climático actualmente en marcha.
Las arcillas grises del Cagalell son de los terrenos naturales más blandos que
hay en Barcelona. Son suelos normalmente consolidados, de plasticidad media a
alta (CL a CH), con índices de poros próximos a la unidad, y índice de
compresibilidad de Cc=0.25. Su cohesión no drenada es baja, del orden de 0.25
kg/cm2 en superficie, creciendo en profundidad de acuerdo con una
ley cu= 0.25*σ’v.
Esta baja resistencia conduce a cimentaciones por pilotaje, o bien
mediante losa cuando ésta se encuentra bajo uno o varios sótanos, con lo que la
losa está al menos parcialmente compensada, lo que reduce el asiento.
La cimentación de los edificios antiguos, es superficial, aprovechando (sin saberlo sus constructores) los 5-6 m de espesor de limos, arcillas y arenas con las que las rieras fueron colmatando la marisma en los últimos 2.000 años, y que presentan unas características geotécnicas mejores que los lodos de la laguna.
La cimentación de los edificios antiguos, es superficial, aprovechando (sin saberlo sus constructores) los 5-6 m de espesor de limos, arcillas y arenas con las que las rieras fueron colmatando la marisma en los últimos 2.000 años, y que presentan unas características geotécnicas mejores que los lodos de la laguna.
El nuevo y flamante edificio de la Filmoteca de Catalunya, en el mismo borde de la antigua laguna, tiene una cimentación
profunda, habiendo sido una obra compleja, en la que se excavaron sótanos bajo
el nivel freático, lo que obligó a un detallado estudio hidrogeológico, para
que el necesario bombeo dentro de las pantallas perimetrales, no se tradujera
en perjudiciales descensos del freático en el exterior de la obra, lo que podía haber acarreado asientos en los edificios próximos.
También
dispone de pilotes de unos 20 m de profundidad la torre Atarazanas, que es el
único edificio alto de la zona. El monumento a Colón sin embargo, se encuentra
ya sobre la barra de arenas litorales, a través de las cuales se han perforado recientemente unos pozos geotérmicos de 100 m de profundidad, que permiten climatizar eficientemente y de forma sofisticada la sala existente. Eso sí, el ascensor se estropeó hace unos meses, obligando a un espectacular rescate a 60 m de altura, y de momento no hay previsión de arreglarlo (cosas que tiene el país que, ciertamente, aburrido no es).
Irian Jaya
Aparte de buscar los paisajes más bonitos del planeta, mi mujer y yo también nos hemos movido para conocer las más antiguas culturas, todavía vivas. En 1.991 fuimos a Irian Jaya, la parte indonesia de la isla de Papúa-Nueva Guinea. Allí conocimos la Edad de Piedra.
Primero visitamos a los Dani del valle de Baliem, relativamente ya conocidos desde mediados del siglo pasado.
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Poblado Dani en el valle de Baliem |
Asando un cerdo con los Dani |
Dani del valle de Baliem |
Agradable balanceo sobre el río |
Después nos trasladamos en la avioneta de un misionero a zonas más remotas donde encontramos al pueblo Yali, que casi no habían tenido contacto con el mundo exterior. Estuvimos una semana andando de una aldea a otra, con guías locales, conociendo una etnia que pocos años antes habían conocido el canibalismo, entendido como un rito para adquirir las virtudes del enemigo muerto en combate. Lógicamente intentamos caerles simpáticos!
Mujeres Yali |
Mostrando un libro con fotos de su gente a los Yali. Nunca antes habían visto una foto. Nunca antes habían visto un libro. |